
Si lo pides, Dios obrará un milagro en tu vida
Según. Lucas 15:8-10
Introducción: Generalmente cuando lo tenemos todo, nos olvidamos de Dios. En cambio, cuando se presentan dificultades, recurrimos a Él. Resuelto el problema, el ciclo se repite. El asunto se torna más complejo cuando tenemos múltiples necesidades y arrastramos la carga de no saber cómo resolverlas. Es entonces cuando se hacen necesarias dos cosas: la primera, reconocer que tenemos necesidades que humanamente no podemos suplir, y la segunda, que sólo Dios es real, tiene poder ilimitado y puede ayudarnos.
En la Escuela de la Oración
1. Para entrar en la Escuela de la Oración, debemos responder a dos preguntas:
1.1. ¿Tengo una necesidad, grande o pequeña?
1.2. ¿Reconoce su incapacidad humana para resolver esas necesidades?
2. En tiempos de necesidad aprendemos
2.1. Que es Dios real
2.2. Que el poder de Dios es ilimitado
a. Oye nuestras oraciones
b. Responde a nuestras oraciones
II. Toda petición es importante para Dios (Lucas 15:8-10)
1. Delante de Dios no hay petición insignificante
1.1. El proceso comienza con reconocer una necesidad; y que para Dios no es algo insignificante.
1.2. Un segundo paso es pedir:
a. Hacerlo con convencimiento de que tenemos un Dios proveedor.
b
2. La petición debe ser expresada (Mateo 20:29-34)
2.1. De manera sencilla
2.2. De manera específica
3. Si no pedimos, no recibimos (Santiago 4:2, 3)
3.1. No sabemos pedir
3.2. Pedimos de manera egoísta. Lo que realmente no necesitamos.
III. Tres cimientos de la oración: confiar, creer y obrar
1.- Debemos aprender a pedir:
1.1. Quien pide, recibe (Mateo 7:7, 8)
1.2.- Dios quiere darnos lo mejor (Mateo 7:91-11)
2. Las peticiones las elevamos en el nombre del Señor Jesucristo (Juan 16:24)
3. Debemos ser perseverantes en la oración (Lucas 18:1)
4. Simplemente debemos creer, no enfrascarnos en la lógica de cómo y por qué ocurren los milagros (Marcos 10:15).
Conclusión: Para nuestro amado Dios y Padre celestial, toda petición que llevemos a Su presencia es importante. Él no desestima nuestras oraciones, por el contrario, las escucha y responde. Es necesario pedir, y pedir bien, en el nombre del Señor Jesucristo. En todo momento hay que aplicar tres fundamentos: confiar, creer y obrar. Los milagros ocurren y nuestras oraciones son atendidas.
Ps. Williams Vidal Durand

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